TRAFALGAR
Barcelona, 2009-2011
Con los años me ha pasado varias veces que he realizado un proyecto con distintos propietarios hasta terminarla, podríamos decir que he sido el hilo conductor y me hace ilusión pensar que es la vivienda la que no me suelta hasta dejarla perfecta. Este proyecto fue una de esas ocasiones y en concreto ¡la primera!
Recuerdo con mucho cariño todas las fases del proyecto o, mejor dicho, a todos los propietarios de la vivienda hasta que la terminé.
Además, la reforma se realizó en unos años de crisis económica muy complicados y fue un soplo de aire fresco, un aliento de que debía seguir, que iba por buen camino y que a pesar de todo me hacía muy feliz mi trabajo.
Todos fueron encantadores y de los que guardo un recuerdo especial. La reforma inicial con Martin y Sthephanne y después con Michele.
La primera fase del proyecto la disfruté muchísimo, fuimos un trío perfecto. Me dejaron libertad creativa y pude experimentar con materiales que en ese momento no eran tan conocidos, por ejemplo el baño se realizó en microcemento y la encimera de la cocina en Corian. También me aportaron muchísimo con sus conocimientos de arte y antigüedades, me dejaron “jugar” con estampados, colores y texturas. Me lo pasé bomba, es perfecto cuando tienes clientes que valoran el diseño y tú trabajo.
Nos recuerdo recorriendo tiendas por toda Barcelona, y terminando el día con un té con leche y galletas y gracias a ellos mi fascinación por Françoise Nielly, siempre que voy a galerías de arte y veo sus cuadros me acuerdo de ellos dos. Veréis varias piezas en el proyecto.
Me pidieron espacios abiertos para el salón y la cocina, mejorar la habitación de invitados y reformar la suite con baño. Los requisitos fueron potenciar los techos originales, que el baño fuese blanco, no ver ningún electrodoméstico y también espacio para sus libros.
Acordamos una primera fase para la reforma interior y así poder mudarse, a posteriori unir la terraza con la vivienda a la que se accedía por la escalera comunitaria y la hacía muy incómoda, por último, reformar y decorar la terraza creando diferentes espacios uno para el relax y otro con una cocina exterior y barbacoa.
En la nueva distribución dejé todo el espacio central abierto, dejando el hueco previsto para la futura ubicación de la escalera. La cocina la diseñé a medida integrando todos los electrodomésticos (horno, microondas, vinoteca, termo, lavadora, secadora) en el panel de pared y con espacio para una despensa y así dejar la isla limpia para el resto de elementos. La isla se fabricó a medida con el fregadero incluido en Corian. Por espacio no podíamos ubicar taburetes así que aproveche la parte trasera de la isla para colocar libros.
Potencié el suelo y los techos originales, restaurando y arreglando los desperfectos. En la habitación de invitados opté por dejar el ladrillo original en cambio en el resto de la vivienda lo dejamos blanco.
En el baño para aprovechar su volumen rectangular diseñé la bañera con ducha en la misma pared larga y así dejar la parte central diáfana. Todo en blanco salvo el toque de los frontales del mueble de baño. Los materiales fueron microcemento, Corian y madera.
En el resto de la vivienda, como se puede apreciar en las fotos, disfruté de combinar papel, maderas y color.
Con Martin y Sthephanne solo pude hacer la primera fase. Por motivos personales tuvieron que vender y trasladarse, eso hizo que disfrutaran muy poco de la reforma y fue una pena.
Entonces llegó Michele, y con él llegó Italia país que yo adoro. Hubo feeling desde el primer día, le gustó tanto el proyecto que me buscó y así pudimos terminar el proyecto. Fotógrafo reconocido, de Milán, arte y diseño por sus venas y cambiamos té por vino, simplemente perfecto.
Estuvimos diseñando y peleando con los industriales para conseguir ubicar la escalera, que fuera de caracol pero planta cuadrada y aún lo complicamos más, no quería reflejos de la luz en el cristal y no quería maderas, así que pensé pues metacrilato…. Uff cuánto nos costó y cuantos peldaños rotos, pero lo conseguimos. Además, añadimos una claraboya de cristal con motor para facilitar el acceso a la terraza y para ventilar la vivienda (ambos sabíamos cómo queríamos la foto final).
Cómo la vivienda estaba terminada y a su gusto pudimos disfrutar de reformar la terraza sin prisa, hicimos una zona relax brutal y una cocina de exterior.
Son de las mejores vistas que he podido disfrutar mientras trabajaba en Barcelona.
Sé que aún las disfruta y las fotografía.